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  • Para Estados Unidos Argentina no ha sido comercialmente rele

    2019-06-10

    Para Estados Unidos, Argentina no ha sido comercialmente relevante antimalaria medication pesar de que ocupó el puesto 29 entre sus destinos de exportación, y que las ventas norteamericanas aumentaron más del doble en relación a lo que importó del país latinoamericano. Incluso, casi 85% del total de las exportaciones estadounidenses a Argentina se concentraron en manufacturas de origen industrial y bienes de capital. Pero el nexo bilateral entre ambos países se rigió por una estricta vinculación de asuntos, según el planteamiento de Robert Keohane y Joseph Nye. Como señalamos más arriba, la dependencia de Argentina con Estados Unidos ha sido estratégica, entendida ésta en términos geopolíticos y de seguridad, que se traduce a través de su pertenencia a la esfera de influencia estadounidense, precisamente Estados Unidos le hizo sentir a Argentina este dominio es-tratégico-militar relacionándola con la materia financiera, que preocupaba al país latinoamericano en la primera década del presente siglo. La negativa del gobierno argentino a la supervisión del Fondo Monetario Internacional (fmi) de la economía nacional, de acuerdo al artículo iv del Convenio Constitutivo de este organismo del cual es miembro, más el incumplimiento de dictámenes del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (ciadi) del Banco Mundial, la no resolución de las deudas con el Club de París y con los acreedores privados que desistieron de los canjes de bonos fueron asuntos que Estados Unidos puso sistemáticamente en la agenda bilateral. A esto se agregó a principios de 2007, el rechazo argentino a aislar internacionalmente al presidente venezolano Hugo Chávez. El mensaje norteamericano a inversores transnacionales indicó que Argentina padecía inseguridad jurídica, lo que terminó con las aspiraciones de los gobiernos kirchneristas de atraer capital productivo al país. La imposibilidad de acceder a fuentes de financiamiento internacional fue el costo que soportó Argentina, más que por su condición de deudor, por haberse burlado de la presión de abandonar a Chávez, con lo cual Estados Unidos le hizo sentir su dependencia estratégica.
    La cuestión del déficit comercial Así como Argentina no logró reducir la dependencia con Estados Unidos a autonomic system través de su política exterior, tampoco consiguió modificar su dependencia con Brasil y China. Pero vale señalar que una dependencia estratégica como la que se dio con Norteamérica es básicamente estructural y muy complicada de limitar por la lógica del dominio y del poder, en cambio una dependencia comercial es posible de atenuar mediante la política exterior. En este caso, la articulación entre la citada política y la permisividad internacional es clave. Puede ocurrir que el contexto internacional subordine la política exterior y las relaciones internacionales de un país a sus determinantes, sobre todo cuando éstos resultan beneficiosos para tal país. Esto ha sucedido en las relaciones internacionales de Argentina con Brasil y China. Los beneficios alcanzados a través de aquellas relaciones reforzaron la dependencia comercial. La dependencia con Brasil se basó principalmente en que casi la mitad de las manufacturas de origen industrial vendidas por Argentina al mundo tuvo como rumbo el mercado del país vecino. En 2011, al coronar un aumento que venía generándose desde 2000, casi 70% de las exportaciones a Brasil fueron manufacturas de origen industrial, la mitad relativa a material de transporte terrestre. Por otra parte, en aquél año el mercado brasileño concentró el resto de las exportaciones realizadas por Argentina, pues fue el segundo destino de manufacturas de origen agropecuario, productos primarios y combustibles y energía. De este modo, Brasil fue un actor determinante de la estructura exportadora de Argentina. En cambio, la dependencia con China tuvo otra explicación y al respecto vale tener en cuenta dos consideraciones. Por un lado, el país asiático como destino no monopolizó la exportación argentina de porotos de soja; por ejemplo en 2011 representó sólo 19.2% del total de estos porotos enviados al exterior. Por otro lado, el aceite de soja China se ubicó en cuarto lugar después de India, Egipto e Irán, y no le compró harina de soja a Argentina. La dependencia se afianzó en cuanto China, como “árbitro” mundial de los precios de las commodities, convirtió su importación de poroto de soja en una fuente extraordinaria de divisas para Argentina, al asociar la fuerte subida de la cotización de la oleaginosa con la demanda de grandes volúmenes de este producto.